Nunca dije una promesa eterna de palabras era llena, si solo bastara mi presencia, y la ofrenda de amor que hoy os traje. No fuese olvido ni esperanza nueva. No digas en voz en alto, que el latido se ha descalzado por fin de los recuerdos que duelen, y hoy, sin fingir, sin ser esclavo, apiadandose con su pañuelo en alto, cierra su ventana libre sin mi. Es mi deseo el seguir contando contigo bella amiga del paraiso de nuestro silencio
4 comentarios:
Bello poema...
pues yo no te olvido aunque estés en silencio y aquí me tienes escribiendo mi presencia...
saludos fraternos un abrazo
Hablare en voz alta, tirare la puerta, tocare tu ventana, te visitare a diario, como hasta ahora lo he hecho, para que no me olvides.
Saludos
Precioso poema... y una imagen perfecta para ilustrarlo.
Si no te importa... pasaré por aquí con frecuencia.
Nunca dije una promesa eterna de palabras era llena, si solo bastara mi presencia, y la ofrenda de amor que hoy os traje.
No fuese olvido ni esperanza nueva.
No digas en voz en alto, que el latido se ha descalzado por fin de los recuerdos que duelen, y hoy, sin fingir, sin ser esclavo, apiadandose con su pañuelo en alto, cierra su ventana libre sin mi.
Es mi deseo el seguir contando contigo bella amiga del paraiso de nuestro silencio
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